Como si esto fuera poco, en esta carrera descontrolada, terminan siendo partícipes de la información, en casos como la toma de rehenes de hace unos días, donde los ladrones podían observar gracias a las cámaras de C5N como la policía preparaba su grupo comando, o cuando unas semanas atrás, Guillermo Andino conversaba con un ladrón atrincherado en un banco. ¿Donde está el límite? ¿Existe un momento de reflexión en las redacciones antes de sacar un móvil al aire?
Creo que se debe plantear cuál es el objetivo de brindar información de "ultimo momento". La RAE define vorágine como "Aglomeración confusa de sucesos, de gentes o de cosas en movimiento". Por lo tanto los medios, con el minuto a minuto, no hacen otra cosa que aportar a la confusión general, a la desinformación, a la no reflexión.
En esta linea de pensamiento entiendo como al llegar al hogar, una persona que fue bombardeada todo el día por este desenfreno, quiera desconectarse de la "realidad" presentada y dedicarse a mirar un show vacío de todo contenido o un partido de fútbol de hace 10 años, en vez de sentarse a generar opinión, intercambiando pareceres con sus pares.
1 comentario:
Fran, como siempre, tus reflexiones son impecables.
Recordaba una frase de Kierkegaard: "Si yo tuviera una hija prostituta y un hijo periodista... y ambos se arrepintieran, la prostituta volveria a entrar a mi casa; el periodista no.!
Lo decís como se debe: luego de tanta basura, volvemos a casa para refugiarnos en programas que lo que menos logran es hacernos pensar, para gestar opinión e intercambio.
Felicitaciones por tu blog!
Un abrazo
Publicar un comentario